13 El accidente
Inmerso en los pensamientos de la noche anterior, sufrió
un terrible accidente.
Cuando trataba de girar a otra calle tuvo que dar
un gran viraje para evitar aplastar a una señora mayor que venía por mitad de
la calzada y se estampó contra una farola. Con tan mala suerte que el golpe lo
recibió en la cabeza y del impacto quedó inconsciente, con la cabeza
ensangrentada y un par de brechas en la cara inclinada encima del volante. Se
arremolinaron los transeúntes, vecinos, pero no se atrevieron a moverlo de
donde estaba hasta que vino una ambulancia y lo trasladó al hospital. Joe fue el que recibió la noticia y este tuvo que
trasmitirla a su cuñada. Estaban todos muy preocupados, sobre todo Joe. Nerka, su
esposa,por el contrario parecía menos conmocionada. Quizá no era consciente aún
de la gravedad del accidente.
Les permitieron observar durante escasos minutos
a Servark a través de unos ventanales de cristal .Había entrado en coma.
Nerka habló con los médicos, pero no obtuvo una
respuesta muy convincente, no sabían cómo iba a responder, era demasiado
pronto, tenían que seguir haciéndole pruebas.
Telefoneó al hotel por la noche y habló con Sara.
Le dijo que Servark había tenido un
accidente y estaba muy grave, en el
hospital y que los médicos pronosticaban que debían de seguir haciéndole más pruebas. Sara quedó impactada ante la terrible noticia. Inmediatamente,
telefoneó al aeropuerto de Orly para informarse de los vuelos, horarios etc. Le
contestaron que el próximo vuelo era al día siguiente a las ocho cuarenta y
cinco de la mañana. Sara muy nerviosa también llamó a Joe y este le contestó lo mismo que le había dicho Nerka que Servak estaba en el hospital, que
estaba en coma y que estaba grave, pero que había que esperar. Nerka se pasaba
las mañanas en el hospital, por la tarde volvía a casa. Joe iba todos los días,
cuando cerraba la frutería y se estaba varias horas
con su hermano. Iba agotado ahora
tenía que hacer el trabajo de Servak y el suyo. Sara, cuando aterrizó el avión
procedente de París, no fue a casa, se dirigió directamente del aeropuerto de
Gardermoen hacia el hospital en un taxi,
para ver a su hijo. Cuando subió a la unidad de cuidados intensivos y lo vio irrumpió
en un fuerte llanto.
¡Mi hijo, mi querido Servak ¿Qué te ha pasado?!
Por un momento se sintió culpable de haber estado
ausente, más tarde reaccionó y pensó que
el destino de las personas no se puede prever, ni siquiera el de sus hijos ni
el de ella misma. Sara requirió la
presencia del médico que le había atendido. Le preguntó si su hijo
saldría del coma. ¿Qué posibilidades tenía? Los médicos no tenían respuesta, la situación del Servak
era muy grave y complicada a la vez. Le habían hecho todo tipo de pruebas:
radiografías, resonancias, y varias intervenciones quirúrgicas. Pero no habían
dado los resultados deseados. Solo un milagro podría hacer que se salvara. Sara
y su nuera Nerka abandonaron la clínica, derrotadas, destrozadas y sin consuelo
alguno. Sara le pidió a Nerka que no se quedase en casa, que viniese a la suya a las horas de comer y cenar para estar los
tres juntos. Nerka no puso ningún obstáculo y todos los días iba a casa de la
suegra a comer con ella y Joe. Transcurrían días, las semanas y los meses y Servark no mostraba síntomas de
mejoría.
Sara
tuvo que ayudar en la frutería porque Joe y Nerka se sentían desbordados para llevar el
negocio. Sara, vendía fruta a las
clientas, acarreaba, reponía mientras Joe iba a la lonja y servía los
pedidos que encargaban. Nerka ayudaba en
determinados momentos, pues normalmente era la que preparaba la comida y hacía la limpieza, y lo tenía todo dispuesto a mediodía cuando cerraban la frutería. Tanto Sara como
su mujer acudían con bastante asiduidad para ver la evolución de Servark. Se
alternaban en las visitas para no desatender la frutería. Mientras Sara atendía
a una clienta suena el teléfono. La llamada procedía de la clínica, preguntando
por Nerka.- Sara- Lo siento no está en estos momentos. Puede darme el recado,
soy la madre de su marido. La enfermera-“Tiene que venir urgentemente .No le
puedo decir más por teléfono. Disculpe”. Sara
salió a toda prisa de la frutería
en busca de Nerka, pero Nerka venía a su encuentro.-¿Qué pasa Sara? Estas
pálida. ¿Dime qué ocurre? Es Servak
¿verdad?-dijo Nerka.-No sé nada Nerka-le respondió Sara. “Solo sé que han llamado de la clínica preguntando por
ti. Me han dicho que deber ir lo antes posible.” Si no te importa iré contigo –respondió
Nerka. Ambas cogieron un taxi y se dirigieron a la clínica donde estaba Servak. Cuando llegaron a la
sala donde permanecía Servak había un buen
número de médicos intercambiando opiniones acerca del empeoramiento del paciente. Nerka requirió al doctor que
habitualmente atendía a Servak. Este se
salió del grupo en el que estaba conversando con sus colegas y le
dijo a Nerka que su marido había tenido una fuerte recaída que nadie se esperaba y que probablemente le
quedaban horas de vida. Habían hecho lo posible intentando todos los medios de
que disponían pero que todo había sido
en vano. Nerka se mantuvo con entereza ante las fuertes y duras palabras del médico, pero cuando se acercó
Sara, se vino abajo, se derrumbó y rompió en un llanto amargo y sin consuelo. Nerka
le manifestó a Sara que se quedaría en
la clínica hasta el fatal desenlace. Sara le contestó que estaría con ella y
con su hijo también. Transcurrieron apenas tres semanas con intervalos de
falsas e ilusorias mejorías, pero todo fue en vano. Las esperanzas de la
familia se iban desvaneciendo. A media tarde del domingo les avisaron de que se
personasen en la clínica lo antes posible. Servark había fallecido.
Aquella noche lo velarían en el tanatorio y a las
cuatro de la tarde del día siguiente, allí mismo, le harían el funeral.
Joe se ocupó del papeleo, certificados, esquela
en prensa y demás requisitos. Servak fue icinerado por voluntad de su esposa. Estuvieron
acompañados por sus vecinos y amigos que les mostraron sus condolencias. Fue un
acto muy emotivo. Joe estaba terriblemente afectado.
Pasaron
seis meses, la frutería iba viento en popa, cada vez había más pedidos. Tuvieron que contratar a
Aleski un joven mozo de fuerte complexión y muy atento para
poder atender a la clientela con más desahogo. Joe sintió un gran alivio con la
contratación de este mozo, pues llevaba meses soportando mucho trabajo y su
carácter se había tornado muy irascible, siempre de mal humor. Sin embargo
ahora había recuperado las ganas de reír era una persona más asequible y
comenzó a salir de fiesta con chicas de una manera más asidua. A Sara le
agradaba mucho que su hijo se desinhibiera
y se divirtiera, pues cuando lo veía enclaustrado en casa no le agradaba. No obstante Nerka no estaba contenta del cambio de
actitud de su cuñado. Ahora lo veía menos y en cierto modo se sentía celosa.
Pronto se había rehecho de la muerte de su marido. Nerka no soportaba que, su
cuñado Joe, anduviese de juerga con
otras chicas, que en realidad era lo normal y además a ella no debía
interesarle, la vida de su cuñado. Ante esa situación Joe sufría continuos
agravios, por parte de su cuñada. A Joe no le importaba demasiado la actitud de
Nerka respecto a sus salidas nocturnas, pensaba en que no tenía en qué ocuparse
y se ocupaba de él.
Nerka intentaba convencer a su suegra de que Joe
no andaba por buen camino, que sus amistades no eran nada recomendables y que
terminaría muy mal. Sara por el contrario no vio nada anormal de que Joe, un
muchacho joven saliese a divertirse con
chicas y chicos de su edad.--Es normal Nerka, que Joe quiera salir. Está en la edad de divertirse, o
crees que es mejor que se quede en casa- replicó Sara. Claro que es normal que
salga, pero debía cuidar más sus amistades, porque se codea con la escoria de
la ciudad dijo Nerka Y tú, ¿Cómo lo sabes? –exclamó Sara.
Nerka
replicó a Sara: Tengo mis amistades que me informan en los momentos
oportunos. Bueno, en ese caso hablaré con Joe, pero creo que no debemos
dramatizar el asunto-respondió su suegra. Las predicciones de Nerka no se
hicieron esperar, justo a la noche siguiente de la conversación entre suegra y
nuera respecto a las salidas de Joe, el muchacho llega borracho como una cuba y
con la cara ensangrentada el ojo morado y la camisa hecha jirones. Cuando Sara
ve entrar a su hijo en esas circunstancias se dirigió a su hijo de forma un
tanto alterada: Sara-Joe
¿Qué ha pasado? ¿De dónde vienes con ese aspecto tan deplorable? ¿Te has
peleado? Dime por qué y con quién Joe: No ha sido nada ¡Vale, mamá!-le replicó
su hijo.
“Ven que te limpie la sangre que llevas en la
cara”.
Tras limpiarle la cara con un paño, le vuelve a
preguntar ¿Qué es lo que le ha sucedido? Joe le dio a su madre una lacónica
explicación. Ha sido un mal entendido, pero ya se ha arreglado Joe dio por
terminada la conversación con su madre y
esta le dejó marchar. Sara quedó pensativa y recordando las palabras que el día
anterior le había dicho Nerka al
respecto de las salidas de Joe. La
reyerta había sido por culpa de las chicas que estaban en el baile. Joe y dos amigos estaban con ellas
tomando unas copas y charlando, cuando tres chicos desconocidos
irrumpieron en el grupo, tratando de sacarlas a la pista de baile. Los chicos
venían con varias copas de más. Ellas se resistían y ellos las forzaron. Ante la situación violenta y
desagradable, Joe y sus amigos intentaron de impedir que trataran de
sacarlas de manera forzosa a bailar y se
liaron a golpes en medio de la pista y ante el asombro del público que
abarrotaba la sala.
Los chicos salieron mal parados .Los hematomas y
los golpes inundaron sus cuerpos y a uno
de ellos lo tuvieron que enviar al hospital porque a causa de la pelea, le
provocó una gran hemorragia. Nerka se informó del altercado minuciosamente a
través de sus contactos y esta a su vez puso al corriente a Sara. Joe permaneció
unos días sin salir, pero cuando estuvo totalmente restablecido volvió a sus
salidas de forma habitual. Sara sabía que su hijo era mayor de edad y se limitó
a darle buenos consejos pero entendía que no se iba a quedar en casa, sin
embargo Nerka siguió protestando y vaticinado nuevas desgracias si continuaba
con sus juergas nocturnas. Pasaron tres meses .Ya hacía un poco tiempo que
Servak había muerto y Nerka trataba de cambiar su estilo de vida, era una mujer
hermosa de buena estatura, y bastante
agraciada. Tenía los cabellos rubios, ondulados y unos ojos verdes que le
iluminaban el rostro. Nerka pensaba que aunque había querido a su marido en el fondo no había sido feliz, no le había correspondido, con lo cual ella se
había ido desencantando .Y además ni
siquiera le había dado un hijo. No tenían descendencia porque Servak tenía problemas, pero eran problemas que
podían tener solución.
Habían adelantos y técnicas avanzadas a las que su
marido no quiso someterse. Nerka pensaba que si hubiesen tenido un hijo, ahora
no se encontraría tan sola. Quizá por el problema de Servak, sentía cierto
despecho ante su caótica situación por la actitud cerril de su marido. Nerka dispuesta a dar un cambio
radical en su vida, también comenzó a salir. Se hacía presente en todas los
lugares de moda, clubes salas de fiesta etc. Además como era una mujer tan
hermosa no le faltaban los hombres a su alrededor. Las mujeres le envidiaban
porque siendo una mujer cercana a los cuarenta, destacaba ante las jovencitas
de veinte. Se propuso renovar su
vestuario, el frecuentar salones de belleza y se hizo muy popular en Kírkenes.
Algunas veces coincidía con Joe, pero su cuñado prefería seguir ignorándola. Para
Nerka era una obsesión. No le atraían los hombres que se acercaban a ella. Se
había fijado en su cuñado, pero comprendía que era algo descabellado, una
auténtica locura. Ante la imposibilidad de establecer relación alguna con su
cuñado diseñó su estrategia, darle celos fijándose en Alexis. Le trataba de
forma cada vez más cariñosa y trataba de halagarlo en los momentos en que Joe
estaba presente, pero la astucia de Nerka era vana, inútil. Joe se mostraba
cada vez más indiferente ante las repetidas estrategias de su cuñada, que
consideraba un tanto esperpénticas. Aleski no podía creérselo, que su jefa, una
mujer tan bella, se hubiese fijado en él. Sara estaba ajena a lo que pasaba en
la frutería. Se encargaba de las faenas de la casa y rara vez se pasaba por allí.
Aleski pensaba que la reacción de Nerka hacia él
era normal, no se había dado cuenta de que era una mera treta y que él estaba
siendo utilizado. En realidad Nerka creía en un principio que había encontrado a la persona idónea en
Aleski para intentar lograr su objetivo, pero rápidamente de dio cuenta
que sus pensamientos estaban fuera de lugar, que sus pretensiones eran
aberrantes y paulatinamente sus artimañas sobre Joe se desvanecieron y
terminaron diluyéndose totalmente. A partir de sus reflexiones, Nerka volvió a
ver a Joe, como su cuñado con el respeto que merecía. A Sara la
vida y los acontecimientos que le iban sucediendo iban marcando el carácter.
Primero el distanciamiento de sus padres, su actitud
tajante de no querer saber nada de Milko, el hombre que su hija había
elegido para ser su pareja y vivir el resto de sus días, la incomunicación
que tuvo a raíz de su valiente decisión desafiando el autoritarismo de su
padre que nunca vio con buenos ojos la decisión de su hija. La posición, y el
linaje eran prioritarios para él. El pensaba que si no había amor, con el
tiempo llegaría .No concebía que el marido de su hija fuese un simple
trabajador, un simple obrero.
! Qué
pensarían sus amistades! Después, tuvo que soportar la muerte de Milko. Sara recapacitaba
en las consecuencias de su pérdida, su indefensión, su soledad. Cada día le
echaba de menos, pero lo peor de todo fue la forma que eligió para morir. No
quería pensar en aquel horrible momento que descubrió el cadáver en la trastienda colgado de una viga con el
rostro desfigurado y los ojos y la boca abiertos como si hubiese querido
despedirse de ella en el último momento.
Sara trató de que sus hijos presenciaran la
macabra escena, pero no pudo evitarlo. Si doloroso fue encontrar a su marido ahorcado, más fuerte fue tener
que informar a sus hijos que al verlo quedaron horrorizados. Tuvieron que
notificarlo a las autoridades para hacer el levantamiento del cadáver. Sara se
atormentaba pensando en el motivo que le había llevado a quitarse la vida. La
única justificación era ella misma, su comportamiento su desamor, el no querer
perder su infidelidad .No era el primer hombre que tenía algún devaneo esporádico y su mujer, al
final siempre le perdonaba. ¿Por qué yo no? Al final Sara llegaba a la
conclusión que su actitud no fue el determinante del suicidio. Milko estaba
pasando una mala racha, cayó en una profunda depresión la cual le llevó a cabo
al fatal desenlace. No fue capaz de superarlo.
Sus hijos,
Servark y Joe sufrieron mucho por la pérdida de su padre y sobre todo Servark le
dijo abiertamente una noche, que había bebido unas copas a su madre, con un
profundo odio, gritando y agitando los
brazos que ella, solo ella había sido la única culpable de todo lo que
había sucedido, que no se lo perdonaría nunca.
Por último su muerte, la de Servark, su hijo mayor, también fue un tremendo mazazo.
Cuando su madre lo visitó en el hospital y ante. A su padre no
le importó que se dejase los estudios para estar con él en el negocio.
Sara-Joe se parece más a mí. Tiene una
sensibilidad distinta a su hermano. Se
interesa por el saber. Le encanta leer.
A pesar de que no ha terminado ninguna carrera, tiene estudios superiores y
tiene intención de seguir completando su formación. Por el momento tiene que continuar
al frente del negocio. Tengo que aferrarme a lo único que tengo mi hijo Joe y
también mi nuera Nerka. A veces reflexionaba sobre la vida que había llevado hasta entonces. Cuando
estaba en casa, con sus padres, tuvo que soportar el autoritarismo de su padre.
Después el
duro golpe de Milko, su fatal destino, su desatinada decisión que la había marcado para siempre y por último la pérdida
de su hijo Servak, que también lo perdió siendo aún muy joven. Dejó de existir en
la plenitud de su vida y sin dejar descendencia. Por eso Sara tenía las esperanzas puestas en Joe. Soñaba a cada
momento el día que encontrase a una buena chica y se casara. Esperaba que Joe
no tuviese problemas como los tenía su hermano y se pudiese realizar como padre
y le diese
algún nieto. Ese día se volvería loca.
Sara después de estar en París, en Kírkenes se aburría, pues todos los días eran iguales,
la frutería, preparar la comida para Joe, Nerka y para ella y poco más.A veces salía con
alguna amiga a dar una vuelta, tomaban un café y charlaban. Sin meditarlo mucho
planeó un viaje .Invitó a su nuera Nerka a que la acompañara y esta aceptó de buen grado.
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