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viernes, 23 de octubre de 2015

22 Excursión a Severomorsk


22  Excursion a Severomorsk

Era domingo. El día amanecía luminoso y  despejado, la temperatura sobre nueve grados. Todo presagiaba que algo bueno iba a acontecer.
Joe y Marja con el pequeño Matti preparan sus bolsos de comida y se disponen  a hacer una excursión a Severomorsk, una pequeña localidad que dista unos cien kilómetros de Kírkenes. Piensan ir allí porque, es un paraje ideal, hay abundantes zonas de esparcimiento, un lago y abundantes conejos y ardillas.
Llegamos  en un par de horas, pues Joe condujo despacio  ya que la carretera estaba cubierta de nieve. Necesitamos poner las cadenas en el coche.
Joe-“Nuestro hijo disfrutó de lo lindo en el parque, con la nieve y jugando con otros niños de su edad.”
Comimos los bocadillos que Marja había preparado. Al acabar la comida pensamos tomar café en la taberna que estaba frente al parque. Cuando entramos a la cafetería, le digo a Marja que me pida un café mientras me dirigí a los  servicios.
En la barra había dos personas un hombre de unos cincuenta y algún  años  y una chica de unos cuarenta. La chica estaba de espaldas preparando un café.
Cuando la chica se da la vuelta y ve a Marja, da un grito al tiempo que suelta la taza de café, haciéndola añicos y  derramando su contenido. Se trataba de Nerka que además, cuando viene Joe del aseo  se queda inmóvil, sin decir nada totalmente petrificada.
A los pocos segundos reacciona y dice:
“Sois vosotros”¡Qué alegría!
-Marja: Nerka, ¿Cómo estás? ¿Estás bien?” Te hemos echado de menos. No sabíamos cómo te encontrabas.
¿Por qué te marcharte de casa, así sin decir nada a nadie?
Joe: Estábamos muy preocupados. No queremos imponerte nada. Tú, puedes hacer con tu vida lo que te plazca, pero podías habernos llamado.”
Nerka sin decir nada coge al pequeño Matti en sus brazos y lo abraza repetidamente al tiempo que unas lágrimas  asoman por sus mejillas.
Por fin irrumpe: Lo siento .Se que me he portado mal.-Nerka
Soy consciente de lo que os he hecho sufrir, pero no podía más. En Kírkenes me ahogaba.
Tenía que haberlo dicho abiertamente Lo siento Estoy muy avergonzada. Cada día me hacía el propósito de llamar paro no tuve fuerzas. Lo dejaba para el día siguiente. Y Sara ¿Cómo está?-pregunta NerKa.
Muy bien. Ahora está de viaje por España -contesta Madda.
Hoy precisamente nos ha llamado mientras visitaba la catedral de Barcelona.
Me alegro mucho por ella. Se lo merece. Es una mujer extraordinaria. Siento el daño que le he podido hacer, a ella y a todos.
 ¿Viaje sola?-NerKa.
Marja:- No, le acompaña su amiga Violka.
Nerka-“A Violka después de la perdida de Howard le vendrá bien el viaje. Nada hay como un viaje para reconfortarte y cambiar los ánimos. El viaje que nosotras hicimos también fue fantástico. Bueno, solo os  quiero decir que por el momento pienso continuar aquí, tengo trabajo y un techo donde cobijarme. Los dueños me tratan bien y no necesito nada más. Si algún día pensara volver os lo haría saber de inmediato”. -Nerka
 Acabó de pronunciar sus emotivas palabras  y nos besó a los tres al tiempo que se alejaba hacía el interior del establecimiento.
Nosotros, nos volvimos tristes y alegres al mismo tiempo. Tristes por la indiscutible decisión de Nerka de no regresar a casa y alegres porque supimos que estaba bien y además viva. Matti si acusó la separación de Nerka, pues se pasó parte del camino de vuelta llorando. Joe llamó inmediatamente a su madre y la puso al corriente del encuentro con Nerka y de su decisión por lo pronto de quedarse donde estaba, en Severomorsk.
Sara se alegró enormemente. Cuando supo la noticia le dio un gran abrazo a su compañera de viaje, al tiempo que daba saltos y gritos sin cesar ante la mirada curiosa de los viandantes de la plaza de Cataluña. Telefoneó a Joe, diciéndole que estaba loca de contenta al saber que Nerka estaba bien y que ella iría a verla cuando regresara del viaje. Trataría por todos los medios de recuperar a su nuera, pues la quería muchísimo y formaba parte de su familia.

Teníamos tiempo de visitar el Palacio Guell, como habíamos previsto, pero aparcamos la idea para otro día y decidimos pasear por el barrio Gótico y visitar la Catedral. Queríamos deambular por las callejuelas que circundan a la catedral, caminar sin prisas, sin agobios, saborear al ambiente, la arquitectura de los edificios, mirar a la gente, los escaparates de las tiendas, comprarnos un helado y saborearlo tranquilamente frente a la fachada de la catedral y hacer fotos, muchas fotos de  esa ciudad tan impresionante como es Barcelona.
Cuando pasamos por el puerto, ¿Recuerdas Violka, que me hiciste una foto en el monumento a Colón?, pues bien, la mandé   a casa.
El barrio gótico estaba muy concurrido, sobre todo de turistas, al igual que el interior de la catedral. Los japoneses son, yo creo los únicos que no ven los lugares que visitan pues se dedican durante todo el tiempo a hacer fotografías. Fotografían todo, hasta las cosas más inverosímiles. Es cierto replicó Violka, yo los he visto fotografiar hasta las farolas.
Nos echamos a reír y no podíamos parar, hasta el punto que contagiamos a un grupo de jóvenes que estaban junto a nosotros.
Violka le dice a Sara:
Violka le propone a Sara seguir caminando y dirigirse hacia el puerto, para ver los barcos y contemplar el mar. A Sara le parece una idea muy oportuna y van caminando  de forma relajada, distraídas, observando viendo a la gran cantidad de  gente, variopinta que ramblas abajo  llevaba la misma dirección que ellas.
Cuando llegaron , una gran cantidad de barcos de todos los tamaños, desde sencillos veleros  hasta grandes buques de lujo y algún crucero ocasional, permanecían anclados, meciéndose con el contorneo de las olas  que producía el viento, a esperar que les llegara su turno de surcar el azul y ancho mar, cuando sus patrones lo consideraran oportuno.
A Violka se le vino a la mente que estos barcos eran como perros galgos  que sirven a su amo, cuando los necesita, en los momentos de caza y así le expresó su extravagante ocurrencia a su compañera de viaje  que se echo a reír desmesuradamente. Violka la imitó y las dos estuvieron riendo del absurdo comentario de Violka. Permanecieron sentadas en el muelle un largo rato hasta que empezó a  anochecer y el viento arreciaba por momentos, la noche caía y sus siluetas se dibujaban en la noche y decidieron abandonar el lugar dejando atrás, la ingrávida estampa de estos barcos.
Violka­_He pensado que mañana hagamos las visitas al aire libre y creo que podíamos visitar Monjuit y aprovechar la bajada del castillo para entrar en la fundación Joan Miró.
Sara_” Me parece una idea genial. Además iremos en autobús desde la Plaza de España” o ¿tú prefieres que cojamos el funicular?
_”No prefiero que vayamos tranquilamente en el autobús  le replicó Violka.” Dos horas después decidieron regresar al hotel.
Aquella tarde habían comprado unas bocadillos de jamón  en un puesto de la Boquería y con unas cervezas habían dado buena cuenta de ellos  sentadas en un banco observando  los juegos de agua de las fuentes de la Plaza de Cataluña.
Esa noche no bajarían al comedor del hotel, pero, si pasarían un buen rato en el piano bar escuchando música del momento, y tomando una copa.
A la mañana siguiente tras desayunar partieron para Monjüit. Cogieron el autobús que las llevó hasta casi la entrada del castillo.
El castillo estaba  perfectamente conservado. Accedieron hacia la terraza enladrillada y totalmente cuadricular.
Disfrutaron de las magníficas vistas, por una parte el puerto de mercancías y por el lado opuesto la ciudad de Barcelona. La vista de la ciudad era nítida pues el día carecía de la neblina habitual de otros días. Sara y Violka se hicieron fotos mutuamente. También requirieron  a un joen que les hiciese una  con el puerto al fondo. Jardines bien cuidados de césped y pensamientos adornaban los  fosos del castillo. La parte baja de los porches de columnas en arco había algunas estancias habilitadas como cafeterías. Los accesos hasta el castillo eran un monte ajardinado y perfectamente cuidado, con árboles, arbustos  y flores.
   Al  bajar pidieron al conductor bajar en la parada de la Casa-museo del pintor catalán Joan Miro. Obra única, insólita,  colorista, alegre y desenfadada. Terminaron el recorrido de su viaje, tras la visita a la fundación en La fuente Mágica. Quisieron relajarse contemplando la fachada del Museo de Arte y sobre todo mirando la multitud de fuentes que a lo largo de la Avenida hasta el comienzo de la Plaza de España.
Fuentes brotando sin cesar que hacen del lugar un remanso de paz. La quietud y la calma apenas interrumpida por el murmullo de las fuentes te transportan  a un edén indescriptible y grato al mismo tiempo. Es como estar en una pradera maravillosa en el centro neurálgico de Barcelona. Comentaron: “Es un lugar ideal para leer, para escribir, para relajarse y para inyectarte ánimo, para despertar si estás dormida y para dormir si estas despierta.”
Dejaron ese insólito lugar del centro de Barcelona y se dirigieron, dentro del mismo recinto a la Plaza de las Arenas. Tenían  una gran curiosidad por  conocer la fiesta nacional de la que tanto se habla en cualquier parte del mundo. Les hubiese  gustado asistir a una corrida de toros, pero no era temporada aún.los aledaños de una perfumería  y les dijeron que existían videos grabados de las corridas más importantes de otras temporadas.
Pero pensaron que  una corrida de toros es para presenciarla en vivo, así es como creemos que debe tener emoción. Esperemos presenciar alguna, si  es que volvemos a España. 
                                   
Regresamos a la Plaza de Cataluña y decidimos ir dando un paseo hasta El Paseo de Gracia, pues allí nos habían indicado y nosotras lo constatamos en el plano de la ciudad que se encontraba la casa Batlo de Gaudi. Efectivamente anduvimos una media hora para encontrarla. Nada más entrar nos quedamos prendadas. Sacamos los tikets y entramos tras formar una cola considerable.
Es algo fantástico, increíble, por sus colores, sus formas tan singulares, su manera de concebir la arquitectura, su originalidad en todos sus elementos, que la hacen única, inimitable y de una belleza inusitada. Cogimos un guía que nos fue explicando: Es la obra más emblemática de Gaudí. La fachada es original, fantástica y llena de imaginación. Sustituyó la nueva fachada por un nuevo conjunto de piedra y cristal.
 Los muros externos los puso de forma ondulada. Utilizó vidrios de colores y discos de cerámica.
El tejado tiene forma de lomo de animal y grandes escamas. Las ventanas de madera de la fachada se accionan de subida y bajada mediante contrapesos.
Tiene esbeltas columnas de piedra de Monjuit decoradas con elementos florales típicamente modernistas. La buhardilla de los balcones son máscaras de hierro.
La casa es como un diálogo constante entre la luz y el color. Tiene una gran claraboya central que permite la iluminación exterior. Tiene una superficie de cinco mil metros, ubicada  en el Paseo de Gracia.”Cuando salimos, continuamos paseando por el citado  Paseo y en cinco minutos apareció La Pedrera. Esta casa es de mayores dimensiones, hace esquina el edificio. Por fuera ya distingues el sello de Gaudí, pero es en el interior donde se aprecia su originalidad, su belleza, sus elementos arquitectónicos.
La Pedrera permite  entender y apreciar la arquitectura de Gaudí. Cogimos unos  audios y oíamos el siguiente comentario:
La Pedrera tiene cuatro partes bien diferenciadas: la azotea, el desván, un piso que recrea la vida burguesa de principios del XX y la sala de exposiciones.
Está catalogada como Patrimonio Mundial de la Unesco. También se le conoce como Casa Milá.
Construida entre mil novecientos  seis y mil novecientos diez ha recibido desde su apertura en mil novecientos ochenta y siete más de veinte millones de visitas.
La Pedrera es un edificio modernista construido por Antoni Gaudí en el número  noventa y dos del Paseo de Gracia. Fue edificado por encargo de un matrimonio catalán acaudalado. Es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí. Pertenece a su etapa naturalista inspirándose en las formas orgánicas de la Naturaleza, y se basó en la geometría reglada. La obra está desprovista de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica. La zona se ubica en pleno ensanche de Barcelona.
La construcción sufrió varios retrasos ya que el edificio superó en altura y en anchura a lo establecido en las ordenanzas municipales por lo que el señor Milá tuvo que pagar varias multas. Gaudí abandonó la dirección en mil novecientos nueve por divergencias con los Milá respecto a la decoración interior.
La relación entre Gaudi y Milá se enfrió y el arquitecto tuvo que llevar a juicio al promotor para cobrar sus honorarios (ciento cinco mil pesetas) que donó a los jesuitas.
Para hacer frente al pago el señor Milá tuvo que hipotecar la casa.
En mil novecientos siete el Ayuntamiento detuvo las obras porque un pilar ocupaba una parte de la acera sin respetar la línea de las fachadas. Al serle comunicada la noticia a Gaudi este respondió en su tono irónico habitual:
 “Diles que si quieren cortaremos el pilar como si fuera un queso y en la pulida superficie restante esculpiremos una leyenda que diga: “cortado por orden  del Ayuntamiento según acuerdo de la sesión plenaria de la fecha.”
En la azotea se encuentran  treinta chimeneas. La mayoría tienen forma de casco de guerrero. La forma de las chimeneas ha sido reproducida en numerosos elementos relativos a Gaudí.
Este elemento fue elegido para elaborar las estatuillas de los premios Gaudí que imparte la Academia de Cine catalán. Son figurillas de bronce de treinta y cinco centímetros diseñadas por Monserrat Ribé. Cuando Sara y Violka acabaron la visita estaban  muy impresionadas.
-Sara: Que te ha parecido La Pedrera. ¿Te ha gustado?
Violka: “Nunca pude imaginar que existía algo tan bello”.
Es fascinante, indescriptible. Vaya una imaginación el tal Gaudí.Sara: yo, conocía un poco la obra de este genial arquitecto pues había ya visto algunos trabajos suyos en libros de arquitectura, pero la visita a sus obras me ha superado. Me he quedado sin palabras ante esta maravilla que no parece hecha por ser humano.
Sara y Violka estaban muy satisfechas de lo que Barcelona les estaba ofreciendo a nivel cultural, era un legado que nunca se habían podido imaginar y el cual contribuía a su enriquecimiento personal y espiritual.
Eran finales de Mayo, pronto serían las fiestas en Kírkenes y habían tenido un año muy fuerte de trabajo. Estaban agotados, pues apenas habían tenido ayuda en la frutería, solo la del chico que habían contratado, Aleski. Gracias a él habían podido salir adelante, ya que la frutería requería muchas manos. La venta directa al público, la reposición de la fruta, el abastecimiento a la tienda, el reparto casi diario, la lonja etc.
Joe  durante la comida le propone a su esposa, Marja de salir los días que Kírkenes iba  a estar en fiestas marchar fuera durante esas fechas.
                              









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