22 Excursion a Severomorsk
Era domingo. El día amanecía luminoso y despejado, la temperatura sobre nueve grados.
Todo presagiaba que algo bueno iba a acontecer.
Joe y Marja con el pequeño Matti preparan sus
bolsos de comida y se disponen a hacer
una excursión a Severomorsk, una pequeña localidad que dista unos cien
kilómetros de Kírkenes. Piensan ir allí porque, es un paraje ideal, hay
abundantes zonas de esparcimiento, un lago y abundantes conejos y ardillas.
Llegamos
en un par de horas, pues Joe condujo despacio ya que la carretera estaba cubierta de nieve.
Necesitamos poner las cadenas en el coche.
Joe-“Nuestro hijo disfrutó de lo lindo en el
parque, con la nieve y jugando con otros niños de su edad.”
Comimos los bocadillos que Marja había preparado.
Al acabar la comida pensamos tomar café en la taberna que estaba frente al
parque. Cuando entramos a la
cafetería, le digo a Marja que me pida un café mientras me dirigí a los servicios.
En la barra había dos personas un hombre de unos
cincuenta y algún años y una chica de unos cuarenta. La chica estaba
de espaldas preparando un café.
Cuando la chica se da la vuelta y ve a Marja, da
un grito al tiempo que suelta la taza de café, haciéndola añicos y derramando su contenido. Se trataba de Nerka
que además, cuando viene Joe del aseo se
queda inmóvil, sin decir nada totalmente petrificada.
A los pocos segundos reacciona y dice:
“Sois vosotros”¡Qué alegría!
-Marja: Nerka, ¿Cómo estás? ¿Estás bien?” Te
hemos echado de menos. No sabíamos cómo te encontrabas.
¿Por qué te marcharte de casa, así sin decir nada
a nadie?
Joe: Estábamos muy preocupados. No queremos
imponerte nada. Tú, puedes hacer con tu vida lo que te plazca, pero podías
habernos llamado.”
Nerka sin decir nada coge al pequeño Matti en sus
brazos y lo abraza repetidamente al tiempo que unas lágrimas asoman por sus mejillas.
Por fin irrumpe: Lo siento .Se que me he portado
mal.-Nerka
Soy consciente de lo que os he hecho sufrir, pero
no podía más. En Kírkenes me ahogaba.
Tenía que haberlo dicho abiertamente Lo siento Estoy
muy avergonzada. Cada día me hacía el propósito de llamar paro no tuve fuerzas.
Lo dejaba para el día siguiente. Y Sara ¿Cómo está?-pregunta NerKa.
Muy bien. Ahora está de viaje por España -contesta
Madda.
Hoy precisamente nos ha llamado mientras visitaba
la catedral de Barcelona.
Me alegro mucho por ella. Se lo merece. Es una
mujer extraordinaria. Siento el daño que le he podido hacer, a ella y a todos.
¿Viaje
sola?-NerKa.
Marja:- No, le acompaña su amiga Violka.
Nerka-“A Violka después de la perdida de Howard
le vendrá bien el viaje. Nada hay como un viaje para reconfortarte y cambiar
los ánimos. El viaje que nosotras hicimos también fue fantástico. Bueno, solo
os quiero decir que por el momento
pienso continuar aquí, tengo trabajo y un techo donde cobijarme. Los dueños me
tratan bien y no necesito nada más. Si algún día pensara volver os lo haría
saber de inmediato”. -Nerka
Acabó de
pronunciar sus emotivas palabras y nos
besó a los tres al tiempo que se alejaba hacía el interior del establecimiento.
Nosotros, nos volvimos tristes y alegres al mismo
tiempo. Tristes por la indiscutible decisión de Nerka de no regresar a casa y
alegres porque supimos que estaba bien y además viva. Matti si acusó la
separación de Nerka, pues se pasó parte del camino de vuelta llorando. Joe
llamó inmediatamente a su madre y la puso al corriente del encuentro con Nerka
y de su decisión por lo pronto de quedarse donde estaba, en Severomorsk.
Sara se alegró enormemente. Cuando supo la
noticia le dio un gran abrazo a su compañera de viaje, al tiempo que daba
saltos y gritos sin cesar ante la mirada curiosa de los viandantes de la plaza
de Cataluña. Telefoneó a Joe, diciéndole que estaba loca de contenta al saber
que Nerka estaba bien y que ella iría a verla cuando regresara del viaje. Trataría
por todos los medios de recuperar a su nuera, pues la quería muchísimo y formaba
parte de su familia.
Teníamos tiempo de visitar el Palacio Guell, como
habíamos previsto, pero aparcamos la idea para otro día y decidimos pasear por
el barrio Gótico y visitar la Catedral. Queríamos deambular por las callejuelas
que circundan a la catedral, caminar sin prisas, sin agobios, saborear al
ambiente, la arquitectura de los edificios, mirar a la gente, los escaparates
de las tiendas, comprarnos un helado y saborearlo tranquilamente frente a la
fachada de la catedral y hacer fotos, muchas fotos de esa ciudad tan impresionante como es
Barcelona.
Cuando pasamos por el puerto, ¿Recuerdas Violka, que
me hiciste una foto en el monumento a Colón?, pues bien, la mandé a
casa.
El barrio gótico estaba muy concurrido, sobre todo
de turistas, al igual que el interior de la catedral. Los japoneses son, yo
creo los únicos que no ven los lugares que visitan pues se dedican durante todo
el tiempo a hacer fotografías. Fotografían todo, hasta las cosas más
inverosímiles. Es cierto replicó Violka, yo los he visto fotografiar hasta las
farolas.
Nos echamos a reír y no podíamos parar, hasta el
punto que contagiamos a un grupo de jóvenes que estaban junto a nosotros.
Violka le dice a Sara:
Violka le propone a Sara seguir caminando y
dirigirse hacia el puerto, para ver los barcos y contemplar el mar. A Sara le
parece una idea muy oportuna y van caminando
de forma relajada, distraídas, observando viendo a la gran cantidad de gente, variopinta que ramblas abajo llevaba la misma dirección que ellas.
Cuando llegaron , una gran cantidad de barcos de
todos los tamaños, desde sencillos veleros
hasta grandes buques de lujo y algún crucero ocasional, permanecían
anclados, meciéndose con el contorneo de las olas que producía el viento, a esperar que les
llegara su turno de surcar el azul y ancho mar, cuando sus patrones lo
consideraran oportuno.
A Violka se le vino a la mente que estos barcos eran
como perros galgos que sirven a su amo,
cuando los necesita, en los momentos de caza y así le expresó su extravagante
ocurrencia a su compañera de viaje que
se echo a reír desmesuradamente. Violka la imitó y las dos estuvieron riendo
del absurdo comentario de Violka. Permanecieron sentadas en el muelle un largo
rato hasta que empezó a anochecer y el
viento arreciaba por momentos, la noche caía y sus siluetas se dibujaban en la
noche y decidieron abandonar el lugar dejando atrás, la ingrávida estampa de
estos barcos.
Violka_He pensado que mañana hagamos las visitas
al aire libre y creo que podíamos visitar Monjuit y aprovechar la bajada del
castillo para entrar en la fundación Joan Miró.
Sara_” Me parece una idea genial. Además iremos
en autobús desde la Plaza de España” o ¿tú prefieres que cojamos el funicular?
_”No prefiero que vayamos tranquilamente en el
autobús le replicó Violka.” Dos horas
después decidieron regresar al hotel.
Aquella tarde habían comprado unas bocadillos de
jamón en un puesto de la Boquería y con
unas cervezas habían dado buena cuenta de ellos
sentadas en un banco observando
los juegos de agua de las fuentes de la Plaza de Cataluña.
Esa noche no bajarían al comedor del hotel, pero,
si pasarían un buen rato en el piano bar escuchando música del momento, y
tomando una copa.
A la mañana siguiente tras desayunar partieron
para Monjüit. Cogieron el autobús que las llevó hasta casi la entrada del
castillo.
El castillo estaba perfectamente conservado. Accedieron hacia la
terraza enladrillada y totalmente cuadricular.
Disfrutaron de las magníficas vistas, por una
parte el puerto de mercancías y por el lado opuesto la ciudad de Barcelona. La
vista de la ciudad era nítida pues el día carecía de la neblina habitual de
otros días. Sara y Violka se hicieron fotos mutuamente. También
requirieron a un joen que les hiciese
una con el puerto al fondo. Jardines
bien cuidados de césped y pensamientos adornaban los fosos del castillo. La parte baja de los
porches de columnas en arco había algunas estancias habilitadas como
cafeterías. Los accesos hasta el castillo eran un monte ajardinado y
perfectamente cuidado, con árboles, arbustos
y flores.
Al bajar
pidieron al conductor bajar en la parada de la Casa-museo del pintor catalán
Joan Miro. Obra única, insólita, colorista,
alegre y desenfadada. Terminaron el recorrido de su viaje, tras la visita a la
fundación en La fuente Mágica. Quisieron relajarse contemplando la fachada del
Museo de Arte y sobre todo mirando la multitud de fuentes que a lo largo de la
Avenida hasta el comienzo de la Plaza de España.
Fuentes brotando sin cesar que hacen del lugar un
remanso de paz. La quietud y la calma apenas interrumpida por el murmullo de
las fuentes te transportan a un edén
indescriptible y grato al mismo tiempo. Es como estar en una pradera
maravillosa en el centro neurálgico de Barcelona. Comentaron: “Es un lugar
ideal para leer, para escribir, para relajarse y para inyectarte ánimo, para
despertar si estás dormida y para dormir si estas despierta.”
Dejaron ese insólito lugar del centro de
Barcelona y se dirigieron, dentro del mismo recinto a la Plaza de las Arenas.
Tenían una gran curiosidad por conocer la fiesta nacional de la que tanto se
habla en cualquier parte del mundo. Les hubiese
gustado asistir a una corrida de toros, pero no era temporada aún.los
aledaños de una perfumería y les dijeron
que existían videos grabados de las corridas más importantes de otras
temporadas.
Pero pensaron que una corrida de toros es para presenciarla en
vivo, así es como creemos que debe tener emoción. Esperemos presenciar alguna,
si es que volvemos a España.
Regresamos a la Plaza de Cataluña y decidimos ir
dando un paseo hasta El Paseo de Gracia, pues allí nos habían indicado y
nosotras lo constatamos en el plano de la ciudad que se encontraba la casa Batlo
de Gaudi. Efectivamente anduvimos una media hora para encontrarla. Nada más
entrar nos quedamos prendadas. Sacamos los tikets y entramos tras formar una
cola considerable.
Es algo fantástico, increíble, por sus colores,
sus formas tan singulares, su manera de concebir la arquitectura, su
originalidad en todos sus elementos, que la hacen única, inimitable y de una
belleza inusitada. Cogimos un guía que nos fue explicando: Es la obra más
emblemática de Gaudí. La fachada es original, fantástica y llena de
imaginación. Sustituyó la nueva fachada por un nuevo conjunto de piedra y
cristal.
Los muros
externos los puso de forma ondulada. Utilizó vidrios de colores y discos de
cerámica.
El tejado tiene forma de lomo de animal y grandes
escamas. Las ventanas de madera de la fachada se accionan de subida y bajada
mediante contrapesos.
Tiene esbeltas columnas de piedra de Monjuit
decoradas con elementos florales típicamente modernistas. La buhardilla de los
balcones son máscaras de hierro.
La casa es como un diálogo constante entre la luz
y el color. Tiene una gran claraboya central que permite la iluminación
exterior. Tiene una superficie de cinco mil metros, ubicada en el Paseo de Gracia.”Cuando salimos, continuamos paseando por el citado Paseo y en cinco minutos apareció La Pedrera. Esta
casa es de mayores dimensiones, hace esquina el edificio. Por fuera ya
distingues el sello de Gaudí, pero es en el interior donde se aprecia su
originalidad, su belleza, sus elementos arquitectónicos.
La Pedrera permite entender y apreciar la arquitectura de Gaudí.
Cogimos unos audios y oíamos el
siguiente comentario:
La Pedrera tiene cuatro partes bien
diferenciadas: la azotea, el desván, un piso que recrea la vida burguesa de
principios del XX y la sala de exposiciones.
Está catalogada como Patrimonio Mundial de la
Unesco. También se le conoce como Casa Milá.
Construida entre mil novecientos seis y mil novecientos diez ha recibido desde
su apertura en mil novecientos ochenta y siete más de veinte millones de
visitas.
La Pedrera es un edificio modernista construido
por Antoni Gaudí en el número noventa y
dos del Paseo de Gracia. Fue edificado por encargo de un matrimonio catalán
acaudalado. Es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí. Pertenece a su
etapa naturalista inspirándose en las formas orgánicas de la Naturaleza, y se basó
en la geometría reglada. La obra está desprovista de rigidez racionalista o de
cualquier premisa clásica. La zona se ubica en pleno ensanche de Barcelona.
La construcción sufrió varios retrasos ya que el
edificio superó en altura y en anchura a lo establecido en las ordenanzas
municipales por lo que el señor Milá tuvo que pagar varias multas. Gaudí
abandonó la dirección en mil novecientos nueve por divergencias con los Milá
respecto a la decoración interior.
La relación entre Gaudi y Milá se enfrió y el
arquitecto tuvo que llevar a juicio al promotor para cobrar sus honorarios
(ciento cinco mil pesetas) que donó a los jesuitas.
Para hacer frente al pago el señor Milá tuvo que
hipotecar la casa.
En mil novecientos siete el Ayuntamiento detuvo
las obras porque un pilar ocupaba una parte de la acera sin respetar la línea
de las fachadas. Al serle comunicada la noticia a Gaudi este respondió en su
tono irónico habitual:
“Diles que
si quieren cortaremos el pilar como si fuera un queso y en la pulida superficie
restante esculpiremos una leyenda que diga: “cortado por orden del Ayuntamiento según acuerdo de la sesión
plenaria de la fecha.”
En la azotea se encuentran treinta chimeneas. La mayoría tienen forma de
casco de guerrero. La forma de las chimeneas ha sido reproducida en numerosos
elementos relativos a Gaudí.
Este elemento fue elegido para elaborar las
estatuillas de los premios Gaudí que imparte la Academia de Cine catalán. Son
figurillas de bronce de treinta y cinco centímetros diseñadas por Monserrat
Ribé. Cuando Sara y Violka acabaron
la visita estaban muy impresionadas.
-Sara: Que te ha parecido La Pedrera. ¿Te ha
gustado?
Violka: “Nunca pude imaginar que existía algo tan
bello”.
Es fascinante, indescriptible. Vaya una
imaginación el tal Gaudí.Sara: yo, conocía un poco la obra de este genial
arquitecto pues había ya visto algunos trabajos suyos en libros de
arquitectura, pero la visita a sus obras me ha superado. Me he quedado sin
palabras ante esta maravilla que no parece hecha por ser humano.
Sara y Violka estaban muy satisfechas de lo que
Barcelona les estaba ofreciendo a nivel cultural, era un legado que nunca se
habían podido imaginar y el cual contribuía a su enriquecimiento personal y
espiritual.
Eran finales de Mayo, pronto serían las fiestas en
Kírkenes y habían tenido un año muy fuerte de trabajo. Estaban agotados, pues
apenas habían tenido ayuda en la frutería, solo la del chico que habían
contratado, Aleski. Gracias a él habían podido salir adelante, ya que la
frutería requería muchas manos. La venta directa al público, la reposición de
la fruta, el abastecimiento a la tienda, el reparto casi diario, la lonja etc.
Joe
durante la comida le propone a su esposa, Marja de salir los días que
Kírkenes iba a estar en fiestas marchar
fuera durante esas fechas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario