4 La traición
Milko empezó
a ausentarse de casa con el pretexto del club, o de algún cobro pendiente.
Al principio yo, estaba muy ajena y confiada,
siempre me había sido fiel y porque ahora no iba a serlo, porqué desconfiar de
él.
Pero un día encontré una nota en el bolsillo de
su pantalón, que me disponía a lavar y que él, naturalmente olvidó de ocultar o romper.
La nota era de una mujer, llamada Bea que lo
citaba en la puerta de un motel. Sería el sábado, el encuentro amoroso, cuando
él, se suponía, que estaría en el club con sus amigos. Dejé la nota en el
pantalón, pero en un bolsillo distinto al que lo encontré. Lo hice para que se
diese cuenta que le había descubierto, pero no le pregunté nada. Sobraron las
palabras, los interrogatorios. Desde aquel día
se me vino el mundo abajo. No podía creer que Milko, mi marido por el
que había dado todo, por el que había sacrificado a mi familia, me hubiese
defraudado, con su infidelidad, con sus mentiras con su doble vida.
A partir del día que descubrí el infierno, en que
se había convertido mi matrimonio, mi vida, nuestra vida dejó de ser una vida
normal. Se rompieron muchas cosas, se rompió el diálogo entre nosotros, se
perdió el cariño, murió el amor. Las
cosas no fueron nunca como antes. Yo me esforzaba en fingir un poco por mis
hijos. Ellos se daban cuenta perfectamente que sus padres no eran los de siempre.
Servak averiguó el motivo de nuestra ruptura, sin demasiado esfuerzo.
Milko ante la angustiosa situación que reinaba en
casa, dejó a Bea, y trató de volver a mí. Yo hice esfuerzos por perdonarle,
pero no lograba conseguirlo.
Milko se dio a la bebida de forma brutal. Llegaba
a casa ebrio como una cuba todas las noches, sin importarle nada ni nadie, ni siquiera sus hijos
Sara-¡Estoy excitada y nerviosa de recordar estos
momentos No quiero seguir relatando como acabó el hombre al que quise más que a
mis entrañas!
Sara.-“Por fin bajé del metro, aspire una
bocanada de aire fresco y me dirigí a Nôtre-Dame, que ya había contemplado a lo
lejos. Entré en el templo y sin reparar en nada traté de relajarme y ordenar de
nuevo mis pensamientos. Los chicos del metro.los recuerdos de Milko. Tenía que
centrarme para disfrutar de la iglesia
gótica más importante de Paris dedicada a la Virgen María.
Estando en Notre- Dame requerió los servicios de
un guía que me fue explicando minuciosamente
lo más importante de la catedral .Nos dijo que se empezó a construir en el
siglo XII y se terminó en el siglo XIV, también nos habló que fue un lugar de
innumerables acontecimientos históricos como la coronaciones de Napoleón
Bonaparte, y de Enrique VI de Inglaterra, la beatificación de Juana de
Arco etc.
Además nos
habló que durante la Revolución francesa reemplazaron a la Virgen María en
varios altares por imágenes de la libertad y que además fue almacén de comida
en este periodo. En el bolso llevaba un cuaderno de notas y cuando acababa la
visita, anotaba lo más relevante .Así podría hacer una recopilación al final de
mi estancia. También visité la cripta que es un lugar de acceso situado en la
Place de Paris de Nôtre-Dame.
Alberga vestigios de épocas romanas pasando por
la Edad Media. Allí se halló la estatua
del dios Genius, en el Alto Imperio Romano. Fue construida en el siglo XVI por
Childeberto, que era hijo de Clodoveo, y mide treinta y seis metros de larga y setenta
de alta.
Sara a pesar de regentar una verdulería durante
muchos años en Kírkenes tenía una gran formación, una gran cultura .Sus años de
juventud estuvo en un colegio privado
que su padre costeaba sin gran dificultad
ya que era un comerciante rico de Helshinki .
Sara tuvo otra hermana cuatro años menor que ella
que falleció, Eva.- La muerte de Eva fue un duro golpe para toda la familia
Estuvo enferma durante dos años
aproximadamente, haciendo lo imposible por vivir, aferrándose a la vida,
pero una extraña enfermedad acabó con
ella, sin antes convertirla en una horrible criatura al tiempo que mantuvo el conocimiento hasta el final. Sus padres
viajaron a Estados Unidos y visitaron el único médico que podía alumbrar alguna
esperanza. Al principio mejoró con el tratamiento del Dr. Carston, pero en
realidad fue un espejismo.
Sara durante su estancia aprendió no solo
conocimientos, sino una seria formación
en el colegio que estuvo, el colegio más prestigioso de Helshinki.
Cuando tuvo trece años cumplidos sus padres la
enviaron a Londres para perfeccionar el inglés. Tenía una sólida cultura que
ahora le ayudaba a desenvolverse sola en una gran ciudad.
Su madre tuvo también un hijo Albert, que murió a los dos meses de nacer.
Sus padres tenían grandes pretensiones
en cuanto al futuro de su hija. Querían casarla con un joven de una de las familias más notables y ricas de Helsinkhi, sin embargo
Sara no aceptó la pretensión de sus padres prefirió a Milko, que era un hombre
sencillo, humilde, pero del cual estaba profundamente enamorada.
Esta
decisión fue un duro golpe para sus padres que solo tenían esa hija y habían
soñado algo mucho más ventajoso. Pasaron los años y Sara vivía en Kírkenes sin
tener noticias de sus padres, ni la llamaban, tampoco la visitaban y ella
sufría mucho. Se produjo una incomunicación total.
Decidió telefonear
a su madre diciéndole que estaba de viaje y que los echaba mucho de menos. Sara
sabía que su madre estaba sufriendo mucho ante la situación tan amarga que
tenía con su hija por culpa de la intransigencia de su marido, que no
aceptaba el casamiento con Milko. Su desaprobación llegó hasta el
extremo de no asistir a la boda y lo que es peor, de permitir que su madre lo
hiciese, como era su intención.
De esto
hacía ya muchos años y Sara no les guardaba ningún rencor a pesar de que echó
de menos a su madre en multitud de
ocasiones y en especial cuando nacieron sus hijos. Sin embargo no podía
reprochar nada a su madre ya que era consciente de que no podía imponer su criterio, ni siquiera en
ocasiones tan importantes en las que su hija la requería.
Su madre la
llamaba cuando se encontraba sola en casa, a menudo al principio de casarse, quería saber
de nosotros, de nuestra vida, pero mi padre terminó por enterarse y se lo
prohibió tajantemente.
Ella, siguió haciéndolo igual, ocultándoselo a mi
padre y con mucho miedo, pues conocía el
temperamento de él y se exponía a
cualquier reacción imprevisible de su marido.
Al salir de la cripta de Notre-Dame y tras haber
estado absorta unos minutos recordando a sus padres, decidió mandar una carta a su madre. La comunicación entre ambas se
distanciaba mucho en el tiempo. Primero porque era algo normal que les sucedía
al estar tantos años sin verse y además porque seguían teniéndolo prohibido.
Querida mamá:
Paris 8-Junio de 1975
Como me
acuerdo de ti, no sabes lo que daría por verte y estrecharte entre mis brazos. ¿Estás
bien mamá? Si conocieses a tus nietos. Ellos te quieren, os quieren,
también a papá, se mueren de ganas de conocer a sus abuelos. Os quieren porque
a lo largo de todos estos años no he dejado de hablarles de vosotros. Les he
contado muchas anécdotas y jamás he respirado sobre la realidad, no he querido
inculcarles odio, sino amor.
Servak
también ha hablado a Nerka, su esposa,
de vosotros y vuestro nieto mayor no entiende como no nos visitamos. Yo les
digo a todos que lo haremos pronto .Papá un día se dará cuenta de su error y recapacitará y será cuando
entienda que las personas deben gozar de libertad, ser libres para elegir a la
persona que quieren para compartir su vida, eso es lo que hizo su hija Sara y
ese fue mi gran pecado.
Mamá estoy en París de viaje,
los chicos, han quedado en Kírkenes, a Milko no le gusta viajar, y
tampoco le ha importado que hiciese el viaje sin compañía alguna. Adiós mamá,
cuídate, y cuida a papá. Te quiero. Os quiero.- Sara.
Sara oculta a su madre la muerte de su marido,
primero porque piensa que para ellos nunca existió, por tanto no iba a soportar
ahora muestras de condolencias falsas,
sobre todo de su padre.
Ya lo sabrán en su momento, si es que tienen que
saberlo, pensó. Eran las dos de la tarde. En París ya era un poco tarde para
comer. Atisbé el plano y me dirigí al restaurante Le Grenier que se encontraba
en la rue de la boucheríe. Distaba muy cerca de donde estaba, lo cual me venía
bien por la hora y además porque se me había despertado el apetito.
Servían
comida vegetariana, lo cual no fue obstáculo para mí porque me encanta.
L’entrée, a base de verduras variadas, un poisson y le petit dessert (fromage)
completaron un menú que quedé muy complacida. Mientras me servían un crème miré
mis apuntes y el plano de metro y me dirigí hacia Trocadero. Se hicieron más
las tres de la tarde, estábamos en verano, mediados de julio, y hacía una
temperatura muy agradable. Hacía calor, pero no era nada sofocante, a
pesar que los grandes árboles que
encontraba a mi paso camino del metro se brindaban a labrarme un camino más
cómodo.
La brisa que emanaba del Sena se transformaba en un vientecillo suave y
penetrante a la vez, y me acariciaba
el semblante y rociaba de bienestar mi rostro. Vientecillo que mecía las
acuarelas y pergaminos viejos de los “bouquinistes” o libreros de viejo ante la
curiosidad de turistas y viandantes. Los libreros son personas que no puedes
calcularles el tiempo, porque para ellos el tiempo ya no existe.
Son seres humanos que regentan su pequeño
negocio, día a día a merced del turista y del
coleccionista extravagante y del curioso ocasional. Mientras sigan con su humilde y mísero negocio en los muelles del Sena, París
seguirá siendo un poco más París. Ellos forman parte del mobiliario de la
ciudad de la luz. Son el símbolo de una generación que se resiste a
extinguirse.
Un viento repentino hizo moverse las ramas de los
árboles y una alfombra de hojas verdes, rojas y ocres cubrió la acera del
boulevard al tiempo que las movía de forma caprichosa.
Bajé del metro medio asfixiada y el aire de la
calle me reconfortó al salir. Sara.-_ Hasta que no llegas a la zona no aprecias
lo enorme y bulliciosa que es: exhibiciones, patinadores, turistas haciéndose
fotos, etc. Esta explanada tiene el nombre de
los derechos del hombre. Aquí en el Palais Chaillot se adaptó La Declaración de los Derechos del Hombre. Hay varios
museos, El del hombre, el Naval, el Museo Nacional de los Monumentos Franceses.
Pero mi máximo interés en ir a Trocadero, era por visitar el monumento más
emblemático de Paris, la torre Eiffel.
Se
trata de una construcción de hierro de trescientos metros de altura y fue
creada para la exposición universal de
mil ochocientos ochenta y nueve. Según el folleto que Sara recogió en una oficina de información
se construyó en dos años con doscientos cincuenta obreros. Se consideró horrible en un primer
momento. A principios del siglo XIX se utilizó como antena de radiodifusión,
captaba mensajes que ayudaron a los aliados de forma decisiva. Sara-También he
leído que es el monumento más visitado con siete millones de turistas al año y
tiene mil seiscientos sesenta y cinco
escalones, es decir que se puede subirse a pie o en ascensor. Tras hacer
una larga cola para sacar el ticket y otra no menos larga para el ascensor,
subí hasta el último piso.la sensación de libertad que sientes es inmensa, es
como si te libraras de unos ataduras que te estaban martirizando, es una
emoción nueva e intensa el contemplar la ciudad sin obstáculos. Estas sensaciones de libertad me
transportaban con el pensamiento a mi
padre.
De él me
liberé cuando salí de Finlandia para unirme a Milko.1Que hubiese dado por
compartir con Milko esos momentos tan agradables e irrepetibles.1 Pero a él, no le apetecía hacer el viaje, no le
gustaba viajar cuando estábamos recién casados o incluso algunos años después
cuando aún no me era infiel. Durante la época que estuve con mi marido tan
ilusionada y correspondida por él, hubiese sido el momento de hacer el viaje
juntos. Después cuando él, inició una relación con aquella mujer, ya no hubiese
sido posible ni siquiera como acicate
para nuestra reconciliación! ¡Toda una vida hecha añicos!
Sara.-“Yo creo en el perdón, y pienso que le debí perdonar, pero por más
esfuerzos que hice, no pude, por más recomendaciones de mis hijos, me fue
imposible, aunque lo intenté, pero la herida
fue tan profunda que no llegó
nunca a cicatrizar, por eso me siento de alguna manera responsable de la
muerte de mi marido. Le amargué los
últimos días de su vida.
El acabó
con su vida porque sin mí no tenía
sentido Yo me daba cuenta de ello, mi
resentimiento no me dejaba, me resistía a ceder, a perdonar. Nunca comprendí que Bea fuese
un capricho, una aventura, un simple devaneo. ¿Cómo no iba a ser un
devaneo, cuando él me entregó más de treinta años de su vida con amor, con
pasión. ? Èl, era un hombre bueno, que tuvo una debilidad y yo no perdoné. Mi
tajante e inalterable decisión de
repudiarlo para siempre, es el mayor error que he cometido en mi vida, error
que trajo consecuencias nefastas para mí misma y para mi familia. ¡Jamás podré
perdonármelo. He decidido que nunca se lo comunicaré a mis padres. Creo que no
entenderían nada y además no vale la pena.
He hecho mi vida sin mis padres y ahora no les
voy a hacer partícipes de mi desgracia”.
Consulté
el reloj, todavía era temprano para regresar al hotel y decidí dar un
paseo por los Campos Elíseos.
Sara.-“Tenía la intención de transmitir a mis
hijos y a mi nuera la mayor información posible del viaje tan maravilloso que
estaba realizando. Por tanto, tenía la norma de anotar en mi agenda el
itinerario a seguir: lugares a visitar, metros que coger y una pequeña
información del lugar concreto que me disponía a ver. Para ello había comprado
en la librería del aeropuerto una guía de Paris. Antes de acostarme preparaba
mis pequeños apuntes lo cual me facilitaban mucho toda la información que
deseaba.
Así sabía
que la Avenida de los Campos Elíseos tiene dos kilómetros de largo y setenta de
ancho y que nace en la Place de la Concorde y alcanza la Place de L´Étoile (Plaza
de la Estrella) donde se alza el Arco del Triunfo. Además desde el museo del
Louvre se pueden ver : el Arco del Carrusel, El Jardín de las
Tullerías y El Obelisco de la Concorde. De pronto le apeteció hacerme una foto
delante del Obelisco.
Requeríó a dos chicas alemanas, que pasaban
cerca para que se la hiciesen.
Sara-Continuó
su paseo y pudo admirar Le Grand Palais y le Petit Palais que según su guía
fueron construidos para la exposición universal de mil novecientos; también se
puede ver el famoso cabaret Lido, y el teatro de Los Campos Eliseos…Los campos
Elíseos han sido escenario del desfile del catorce de Julio, de la última etapa
del tour de Francia. Quedó fascinada de las lujosas boutiques .Entró en una de
ellas y se probé varios vestidos. Le entusiasmaron, pero no adquirió ninguno,
pues pensó que no tendría ocasión de lucirlos en Kírquenes, además ya se había
comprado ropa días atrás. Sí, se compré
unos guantes negros de piel y un bolso loewe.
También visitó una perfumería, donde multitud de
fragancias ocupaban las vitrinas y estantes. Chicas jóvenes, muy amables y
elegantemente vestidas, te ofrecían a probar los maravillosos perfumes. Adqurió
una fragancia para Nerka y salió de la tienda apresuradamente pues había
perdido mucho tiempo deslumbrada por el lujo y la fascinación de un lugar tan elegante. Decidió regresar al hotel. Pues
estaba bastante cansada. Esta vez cogería
un taxi, tenía prisa por llegar, tomaría una ducha caliente y descansaría un
rato en su habitación. Estaba fascinada, había tantas cosas por ver en París.
Sara”A veces pensaba que este viaje era como un
resarcimiento a mis años de encierro, primero en Finlandia, en casa de sus
padres, y más tarde en Kírkenes, con su marido y sus hijos cumpliendo como
esposa y como madre. Pensaba en la vida tan monótona y rutinaria que había
pasado tantos años, soñando en hacer algo distinto, pero nunca imaginó que ese
sueño de viajar, conocer nuevas gentes,
y lugares lo haría sola, sin más compañía que mis recuerdos, recuerdos
muy placenteros y menos gratos, pero al fin y al cabo eran el testimonio de mi
vida, vivida al lado de un hombre bueno, al que quiso ciegamente, pero que tuvo
un desliz que dinamitó su matrimonio.”
Sara-“Debí
perdonarle, pero no pude. A veces creo que me lo propuse ,pero no fui capaz de
hacerlo al constatar que el hombre de mi vida me había reemplazado
por otra, el hombre que se entregó a mí, lo había hecho con otra sin importarle
nada ni nadie. Mi postura no fue nada inteligente, mi matrimonio se fue al
traste y mis hijos sufrieron muchísimo al ver a sus padres indiferentes, sin
ilusión ni planes de futuro. La frialdad, la indiferencia y sobre todo la incomunicación fueron constantes desde
aquel momento.” Esta sensación de traición, se repetía con asiduidad en su
mente.
No hacía frio, el boulevard estaba muy animado,
damas elegantes y caballeros bien vestidos caminaban en ambos sentidos.
Un vientecillo suave se levantó de pronto, al
tiempo que las hojas amarillentas rojizas y verdes en diversas tonalidades que se desprendían de los árboles se adueñaban del pavimento. A
continuación máquinas limpiadoras surgidas de inmediato las absorbían dejándolo
inmaculado.
Había hecho una mañana espléndida pero
paulatinamente el día empezó a cambiar. El cielo se fue tornando gris y sobre
ese cielo gris aparecieron unos nubarrones oscuros que se fueron extendiendo y
haciéndose cada vez más grandes amenazando lluvia. Repentinamente empezaron a
caer las primeras gotas de una lluvia que me era grata al principio, pero enseguida
fue arreciando y al igual que muchos viandantes corrían a resguardarse en las
marquesinas de los restaurantes, paradas de autobús o en el metro más próximo. Camino
del taxi y calada hasta los huesos comprendió en tan solo unos días que llevaba
en París que era imprescindible llevar un paraguas en el bolso, porque en cualquier
momento podía aparecer la lluvia sin esperarla. ¡Por fin encontró un taxi! Á l`Hotel
de Castiglione, rue de S. Tº Honoré sil
vous plaît-dijo Sara al taxista con su particular acento francés. El taxi
emprendió el recorrido y en unos treinta y cinco minutos llegaron al hotel.
Eran más de las seis de la tarde, subió a su
habitación con el ánimo de descansar un
rato y hacer un par de llamadas, pero el ascensor se quedó parado en el segundo
piso. Pulsó los botones una y otra vez y no respondían. Se quedó inmóvil y tranquila,- sabía que esto solía
ocurrir incluso en un hotel de lujo -
esperando que el botones o el recepcionista se percataran de la avería. Estuvo
casi seis minutos, aproximadamente atrapada. Un cortocircuito había sido la
causa .
Tras mil y una disculpa del director del hotel y
del resto del personal de servicio y una vez arreglada la avería, por fin, llegó
a su habitación la cuatrocientos dieciséis , situada en la cuarta planta. El
director del hotel le envió una botella
de cava. Quería arreglar el fortuito
incidente.
Cuando
hubo descansado un buen rato, Sara telefoneó a Madda, su mejor amiga de
Kírkenes. Ella le ayudó mucho con el asunto de su marido y Bea, le aconsejó
como si de su propia hermana se tratase, le sacó de casa cuando ella no era capaz de reaccionar, cuando su
dolor, su sufrimiento y su odio hacia su
marido eran inmensos. Madda siempre le decía que pensase en sus hijos, que
estaban pasándolo muy mal de ver como el matrimonio de sus padres, naufragaba
por momentos. Reconozco que Madda lo intentó de verdad y eso jamás lo olvidaré.
Si le hubiese hecho caso, y siguiendo sus buenos consejos hubiese redimido a
Milko. Tal vez estaría aquí y ahora conmigo.
Ahora no tendría ningún remordimiento y sus hijos aun tendrían a su
padre y se lo hubiesen agradecido. Percibía en ellos un resquicio de rencor,
sobre todo en Servark. Sin embargo su orgullo, su vanidad y sus celos se entremezclaron, fomentando un odio pertinaz, un odio obsesivo
un odio incalculable que hicieron llevar a su matrimonio a la deriva.
Madda y yo éramos cómplices de nuestras vidas
matrimoniales, no teníamos secretos la una para la otra. Sara-Marqué el número
de Madda. ¿Es casa de Madda? Sí, respondió su hija. ¿Con quién hablo, por
favor? ¡Ah eres tú, Zara!,- te he reconocido la voz. –exclamó Sara : Quería
hablar con tu madre.-Soy Sara.-¡Lo siento Sara!,- ha salido muy temprano esta
mañana. Tardará por lo menos tres horas
en volver .Le daré el recado, le diré que has llamado Gracias Zara. Adiós.
Pensó hacer una segunda llamada a otra amiga, Violka,
pero desistió, para hacerlo en otro
momento. Se sentía cansada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario